PROYECTO PIBE LECTOR

#PROYECTOpibeLECTOR: Para leer alguna de las 59 ficciones de mi blog en Infobae, accedé haciendo click aquí.
Buscá la fan page del Proyecto en Facebook, click aquí: PROYECTO PIBE LECTOR.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Si mi papá fuera Charles Ingalls

Este relato fue publicado aquí: http://blogs.infobae.com/proyecto-lector/2014/07/18/si-mi-papa-fuera-charles-ingalls/

15.

Si mi papá fuera Charles Ingalls


Monet

Se dio cuenta de que temblaba cuando chocó su rodilla contra la punta metálica de la caja de su abuela y un relámpago de dolor la devolvió a la realidad. Se inclinó y observó la herida, le pasó saliva con la punta de los dedos. Sintió lástima por su cuerpo, autocompasión infinita. Arrastró la pesada caja y se sentó sobre ella, a esperar.
Sabía lo que contenía. Cuando era niña, solía abrirla porque extrañaba a su mamá, para mirar fotos viejas, con el pretexto de que estaba aburrida. Recordó el cuaderno Gloria de tapas duras, el juego de los Ingalls, que tantas veces había calificado de ridículo. Buscó en su celular imágenes de la serie para que los minutos fueran menos largos.
Envidiaba a su abuela cuando jugaba con su mamá. “Tu papá se fue a Mankato”, decía, y se desternillaban de risa las dos, poseedoras del código secreto. Ningún hombre en la familia, durante dos generaciones, y ella era la tercera. La había tenido a los catorce años, sola, durante diez había compartido su vida en la casa grande, llena de primos, hermanos y tíos de la misma edad; se había marchado sin decirle quién era su padre. Justificaba todo: “Y qué querés, qué pretendés de mí, si te tuve a los catorce”. Ahora ella tenía quince, y pensaba que no era excusa válida, pero antes no sabía, no entendía. “Se fue a Paraguay con un chongo”, decía la abuela, usando un lenguaje que pretendía ser moderno. La abuela, que debía tener no más de cincuenta. La abuela, esa mujer sin hombre, inmensa, que alimentaba a todos, sopapeaba, acariciaba, daba remedios y llevaba a la salita a las tres de la mañana. Sintió el corazón inundado de amor y se concentró en las imágenes.
No necesitaba leer el cuaderno, ni abrir la caja. Recordaba el juego. Debajo de recortes de revistas en donde se veían los actores de la serie y resúmenes de los capítulos favoritos, la abuela había comenzado a escribir en su infancia una serie de continuaciones a una frase inicial, nunca reformulada, escrita en imprenta y decorada con corazones y florecitas: “Si mi papá fuera Charles Ingalls, me diría…” Su mamá también había escrito, con letra apretada y azul. Ahora que tenía quince y estaba sentada en el baño mirando de reojo el reloj, refugiándose del ruido infernal de doce niños y adolescentes que tenían su misma sonrisa, comprendía perfectamente a las dos mujeres deseosas de ser abrazadas, tener trenzas y llamarse Laura. Escribió con su celular, en su muro de facebook, con emoción, mientras acariciaba su rodilla lastimada:
 Si mi papá fuera Charles Ingalls, me diría que mi cuerpo es una nave, mi bote, y que soy su capitana. Yo suspiraría y pensaría que la vida se extiende a mi alrededor, haciendo las veces de océano. No pude decidir qué mar es, ni qué cielo completa el paisaje en el que estoy inserta, ahí, sobre el agua, pero hay cosas que puedo elegir, según mi papá. Cuidar el barco, convertirlo en balsa, en buque de guerra, en crucero, en goleta… eso depende de mí y de mi esfuerzo. A veces, el mar es amable y cálido, como una piscina en verano, y me puedo deslizar en mi joven barquito plácidamente, sola o entre ajenos navíos, con gaviotas en el cielo y brisa fresca. Me diría: “A veces, Pequeña, el mar se revuelve como un monstruo y se vuelve oscuro y frío, las olas parecen tragarte y llueve, hay relámpagos, parece que Dios está enojado o no existe … pero el secreto es capear el temporal, amarrarse fuerte a la nave si es necesario y tener fe… porque todo pasa y, a tu edad, estás aprendiendo a navegar sola y todo tiene solución, menos la muerte”.
 Sonrió, se puso de pie y acarició la tapa de la caja. “Papá se fue a Mankato”, dijo en voz baja, y tomó decidida la barrita sumergida en el pequeño recipiente, para ver el resultado del test de embarazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario